1 de marzo de 2011

Casa de la Mujer Azucena Villaflor


Nota publicada en Prensa De Frente:

30/10/2008
LA PLATA: 20 AÑOS DE LA AGRUPACIÓN FEMINISTA LAS AZUCENAS
“Ni sumisas ni devotas, libres, lindas y locas”

Hace 20 años un grupo de mujeres de La Plata se reunió para luchar por una sociedad igualitaria. Frente un sistema de opresión que naturaliza al silencio, no se callan, resisten y avanzan transformando lo natural en rebeldía.

La primera certeza para las azucenas es que esta sociedad patriarcal debe y puede ser modificada. Romper con los estigmas impuestos en las mujeres es parte de una lucha y construcción colectiva. De ahí el nombre, “Casa de la Mujer Azucena Villaflor”, que remite metafóricamente a la agrupación como un espacio de encuentro, pertenencia, militancia y de vida. Allí, cada una deposita algo de sí, lo bueno y lo malo para potenciarlo y transformarlo. “Soy azucena”, aseguran, es una definición.

Pensar en el año en que surgen es acercarse a la apertura democrática y a los primeros encuentros nacionales de mujeres. En 1988 en el Encuentro de Mendoza, un grupo de mujeres de La Plata vio la necesidad de unirse para problematizar la participación política de las mujeres, sus derechos, la salud, la violencia y su lugar en la historia. Así comienza a surgir este espacio que para 1990 decide llamarse Casa de la Mujer Azucena Villaflor. Rescatar ese nombre, esa identidad y hacerlo bandera, para las integrantes, es reconocer a una mujer que, entre el terror y el silencio, tomó la palabra y la hizo colectiva.

Durante los primeros años de consolidación del grupo, su principal actividad fue la reflexión, leer materiales, ver videos, generar debates, e ir acercándose a los nuevos Estudios de la mujer, a los Estudios de Género. Comenzaron a trabajar la problemática de violencia ofreciendo asesoría jurídica y psicológica para las mujeres.

En este espacio que se fue conformando las palabras se valoran, las sanciones no existen, el pensamiento se transmite y donde lo personal es político, convergieron experiencias de militantes por los derechos humanos. Ex detenidas, presas políticas, luchadoras sociales, caminos que se han articulado en una misma lucha. “Sus testimonios forman parte de los juicios contra genocidas y nos ha permitido incluir en nuestra lucha, la lucha por los derechos humanos, entendiendo que los derechos de las mujeres son parte de ellos”.

Identidad
Al definirse como feministas, consideran en este concepto la inexistencia de un único feminismo. Rescatan los feminismos que les permitan crecer y desarrollar una acción transformadora. “La diversidad no es una desventaja, por el contrario para nosotros es una circunstancia enriquecedora”, manifiestan las azucenas. Para ellas el feminismo, siendo una práctica y una herramienta política, les posibilita revisar la historia, las relaciones humanas, la sociedad y encontrar una posición desde donde mirarse y mirar al mundo. “La opción por el feminismo nos hace felices y plenas”, agregan.

Se consideran una agrupación autónoma y entienden que la autonomía es una práctica elegida, por lo tanto liberadora. Sin embargo, esto no quita que frente al Estado se manifiesten con un rol de denuncia y exigencia, en su rol preestablecido de garante de los derechos de las mujeres y el responsable de la aplicación de políticas públicas.

Todo su trabajo está atravesado por una perspectiva de género, por supuesto. Esta característica implica en lo concreto que “el género es una herramienta conceptual, nos permite entender las relaciones en las que como mujeres nos involucran y en las cuales nos involucramos”, manifiestan comprendiendo que bajo esta perspectiva también se vislumbran las relaciones de dominación y desigualdad, donde las mujeres se encuentran postergadas e invisibilizadas. Hacer visible la otra mitad de la historia, es uno de los cimientos de la lucha.

Otra de las características de su identidad, es la importancia de ser parte del movimiento de Mujeres. Este colectivo de expresiones diversas, tiene su representación más clara en los Encuentros Nacionales de Mujeres. “Y somos pragmáticas, la resolución está en la acción, hemos construido desde la acción”, concluyen.

“Las azucenas estuvimos y estamos en las calle”
Las actividades que se llevan a cabo son acciones de sensibilización y visibilización. Talleres, charlas, seminarios, ciclos de cine, escarches, recitales, obras de teatro, publicaciones, movilizaciones, juntas de firmas, campañas gráficas y radiales. El objetivo es intentar romper con esquemas, impactar, ser originales. “A nosotras siempre nos provocó placer hacerlas, parirlas”. Y de estas actividades guardan anécdotas, “una situación que nos permite recuperar la memoria, porque ha sido intensamente vivida”, expresan.

El 8 de marzo, Día internacional de la mujer trabajadora; el 28 de mayo, Día Latinoamericano por la Salud de las Mujeres; 28 de septiembre, Día de Lucha por la Despenalización y Legalización del Aborto y el 25 de noviembre, Día de la No Violencia hacia las Mujeres, son las fechas que marcan el principal calendario de actividades de las Azucenas.

A modo de ilustración, traen al presente un escobazo durante el 8 de marzo, “para barrer las injusticias”. Aquello que bajo la apariencia de lo natural, se transforma en un límite para la libertad. La quema de un príncipe azul, “como una forma de exorcizar los mandatos”, aclaran y recuerdan la frase de una de sus compañeras, quien al ver el muñeco exclamó, “el príncipe azul destiñe”. Así, lo simbólico se constituye como un recurso original que irrumpe en lo público deconstruyendo los mitos que esclavizan y determinan las prácticas de las mujeres.

El ejemplo de Azucena
La lucha contra la violencia de género, el abuso, el tráfico y la trata de mujeres. Por las identidades sexuales, la legalización del aborto, contra el sexismo en la cultura, en la educación y en los medios de comunicación. La instalación de una agenda pública, de las cuestiones que posicionan a la mujer en una situación de subordinación y desventaja y el derecho a elegir, seguirán siendo banderas en el camino de las azucenas.

“Así queremos seguir con nuestras luchas, con el ejemplo de Azucena: no callando ni aún en el más terrible de los escenarios, nunca solas siempre con quienes quieran otro lugar para las mujeres y tengan el convencimiento de alcanzarlo”.

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